¿Quién registra el Karma?
Los Registradores celestes son Seres de Luz encargados de anotar cada palabra pronunciada, registrando su intención; así como cada acción ejecutada por todo ser humano.
Es un registro fiel de todo cuanto fue, es o será; nada se escapa a su detallada supervisión, pues registra cada idea, cada deseo; así como el esfuerzo realizado para desarrollar las virtudes y talentos con los que hemos nacido; esfuerzos hechos para hacer realidad los sueños de crecimiento positivo.
Estos Ángeles escriben cada logro, cada hecho, cada una de las actividades que llevamos a cabo para desarrollarnos, para renunciar a una adicción; lo realizado para compartir los momentos felices y tristes.
¿Qué se registra?
Da cuenta por pequeña que haya sido la ayuda que dimos a otros, la moneda dada porque estorbaron los centavos y la otorgada con compasión.
La llamada hecha a otro por conveniencia y la realizada con cariño; las palabras dichas sin sentimiento pero que produjeron consuelo, las acciones sinceras; en fin, registran todo aquello que otro percibió como amor de nuestra parte.
De la misma manera, también registra cada pensamiento afectuoso que dirigimos a otros, cada oración que fervorosamente elevamos hacia los cielos pidiendo por los demás, cada sentimiento de compasión, de amor, de solidaridad hacia terceros, cada acción que realizamos para procurar consuelo, paz, apoyo, sustento y protección a los necesitados.
Allí tiene guardado todas las veces que ejercitamos la tolerancia, la paciencia, la humildad, la honradez, la justicia la imparcialidad, la ternura o la nobleza.
Lleva anotada nuestra noble entrega a una causa justa, nuestros sacrificios, nuestra búsqueda espiritual.
Sin embargo, con la misma aparente frialdad lleva un control exacto de todas las veces que se alteró el orden de Dios, cada pensamiento turbio, cada sentimiento egoísta, de intolerancia, de crítica, rencor, de juicio erróneo, de odio, envidia, codicia, de lujuria, de incomprensión, corrupción y daño a otros tanto como a sí mismo, cada acción que contravino la armonía divina, cada ingratitud, cada momento que explotamos sin tratar de controlar nuestro temperamento, nuestras impaciencias, prepotencias y resentimientos quedan registrados.
Cada vez que se dejó de ayudar a otros por negligencia, indiferencia o egoísmo; las veces, inclusive, que estando en nuestra mano solucionar situaciones que traerían bienestar a otros y desaprovechamos la oportunidad por descuido, flojera, desinterés o irresponsabilidad.
El registro correspondiente a la vida de cada ser humano que guarda el Ángel Registrador, es el mismo que se conserva en la chispa de luz que da vida a cada persona, conocido como átomo simiente y que se lleva en el chakra del corazón. Todo está fielmente retratado en esta cápsula.
¿Cómo puedes conocer lo que se ha registrado?
En condiciones normales, en nuestro mundo físico no tenemos acceso a esta información de manera tan precisa y detallada, porque recordemos que esta información no está registrada en el cerebro, se puede tener cierto acceso a esta información a través de meditación, de regresión a vidas pasadas o de sueños.
Según la ley del karma, nadie puede escapar a los frutos que se tienen cuando se lleva una existencia inútil, cuando se malgasta una vida, cuando no se ha ayudado al prójimo y por el contrario se ha hecho daño a otros.
Como todo en el universo, hay un orden, Dios tiene un orden para realizar cada tarea, se habla de que existen Cuatro Ángeles Registradores, cuatro principales energías cósmicas encargadas de esta administración kármica, cada uno realizando funciones determinadas, cuyo trabajo tiene como objetivo despertar la conciencia del ser humano y conducirlo a encontrar su camino de regreso a la Divinidad.